Organizamos tareas, evitamos estrés.

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¿Eres de los que tiene la sensación de que no llega a todo? ¿Realmente hay sobrecarga de tareas? o ¿no te estás organizando bien?

Muchos somos los que tenemos la sensación de que el día no nos es del todo productivo. Tenemos la sensación de que no sabemos por dónde empezar, a veces sentimos que estamos perdiendo el tiempo y a veces que nos están comiendo las numerosas responsabilidades.

Lo primero que vamos a  hacer es valorar la situación.

Debemos tener cuidado con las tan frecuentes frases motivadoras… ¡Tú puedes con todo!, ¡el que quiere puede, el que no busca excusas! Estas frases suelen ser muy motivadoras y hacen bien su función, pero no siempre se adaptan a la realidad de las personas. En ocasiones, estamos inmersos en una lista interminable de tareas que no se acaban nunca y queman nuestras energías. En estas ocasiones no tenemos que obsesionarnos en sacar fuerzas de dónde no las hay. Es el momento de delegar. Piensa que tareas puedes delegar en los demás y cuáles es imprescindiblemente necesario que realices tu. Aquí si que no sirven las escusas, cuando la demanda de actividades supera nuestros recursos físicos, materiales y psicológicos, aparece el estrés. Hay que tomar una decisión, ¿Qué tareas puedo delegar?, pero lo más importante una vez he delegado las tareas, me olvido de ellas, no voy a supervisar que se realicen bien o mal. Ya no son mi responsabilidad.

Es posible, que muchas veces “te pongas encima” tareas que no te corresponde a ti y que ni siquiera quieres hacer. Reuniones innecesarias, recados que no te corresponden… quizás convenga empezar a decir NO. Aprender a decir no, a veces, cuesta. Pero debemos tener en cuenta que es el sentimiento de culpabilidad y la necesidad de aprobación de los demás la que muchas veces nos hace acceder a realizar cosas que en realidad no queremos ni podemos. Eliminar nuestras barreras mentales y dejar que no nos dominen los pensamientos negativos, puede ser la clave para aprender a decir NO. ¡TIENES DERECHO A DECIR NO!

Quizás las tareas no superen tus recursos y la realidad sea que aunque no tienes tareas en exceso a lo largo del día, parece que el día no te “cunda”, en este caso, si podemos aprender técnicas para organizarnos mejor. Es una buena idea, utilizar siempre una agenda. Dedicamos los 15 minutos primeros del día para organizar nuestro día. Podemos pensar que estamos perdiendo el tiempo, pero todo lo contrario, estamos ganando tiempo al día. A la hora de organizar nuestras tareas debemos dividir  las tareas por su importancia. Tareas urgentes, importantes, recomendables y prescindibles. De esta manera, si a lo largo del día nos surge alguna cosa importante seremos lo suficientemente flexibles para modificar nuestro horario y prescindir de aquellas tareas que no requieren una realización inmediata.

 estres

Lo más importante es que el día a día no se convierta en estresante y haga que cada vez aumente nuestro malestar psicológico llegando a tener problemas como ansiedad o depresión.

Si sientes que necesitas ayuda para aprender a gestionar tu tiempo, no dudes en consultarnos. psicologia@alteasalut.com/679015561.

¿Eres de los que tiene la sensación de que no llega a todo? ¿Realmente hay sobrecarga de tareas? o ¿no te estás organizando bien?

Muchos somos los que tenemos la sensación de que el día no nos es del todo productivo. Tenemos la sensación de que no sabemos por dónde empezar, a veces sentimos que estamos perdiendo el tiempo y a veces que nos están comiendo las numerosas responsabilidades.

Lo primero que vamos a  hacer es valorar la situación.

Debemos tener cuidado con las tan frecuentes frases motivadoras… ¡Tú puedes con todo!, ¡el que quiere puede, el que no busca excusas! Estas frases suelen ser muy motivadoras y hacen bien su función, pero no siempre se adaptan a la realidad de las personas. En ocasiones, estamos inmersos en una lista interminable de tareas que no se acaban nunca y queman nuestras energías. En estas ocasiones no tenemos que obsesionarnos en sacar fuerzas de dónde no las hay. Es el momento de delegar. Piensa que tareas puedes delegar en los demás y cuáles es imprescindiblemente necesario que realices tu. Aquí si que no sirven las escusas, cuando la demanda de actividades supera nuestros recursos físicos, materiales y psicológicos, aparece el estrés. Hay que tomar una decisión, ¿Qué tareas puedo delegar?, pero lo más importante una vez he delegado las tareas, me olvido de ellas, no voy a supervisar que se realicen bien o mal. Ya no son mi responsabilidad.

Es posible, que muchas veces “te pongas encima” tareas que no te corresponde a ti y que ni siquiera quieres hacer. Reuniones innecesarias, recados que no te corresponden… quizás convenga empezar a decir NO. Aprender a decir no, a veces, cuesta. Pero debemos tener en cuenta que es el sentimiento de culpabilidad y la necesidad de aprobación de los demás la que muchas veces nos hace acceder a realizar cosas que en realidad no queremos ni podemos. Eliminar nuestras barreras mentales y dejar que no nos dominen los pensamientos negativos, puede ser la clave para aprender a decir NO. ¡TIENES DERECHO A DECIR NO!

Quizás las tareas no superen tus recursos y la realidad sea que aunque no tienes tareas en exceso a lo largo del día, parece que el día no te “cunda”, en este caso, si podemos aprender técnicas para organizarnos mejor. Es una buena idea, utilizar siempre una agenda. Dedicamos los 15 minutos primeros del día para organizar nuestro día. Podemos pensar que estamos perdiendo el tiempo, pero todo lo contrario, estamos ganando tiempo al día. A la hora de organizar nuestras tareas debemos dividir  las tareas por su importancia. Tareas urgentes, importantes, recomendables y prescindibles. De esta manera, si a lo largo del día nos surge alguna cosa importante seremos lo suficientemente flexibles para modificar nuestro horario y prescindir de aquellas tareas que no requieren una realización inmediata.

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Lo más importante es que el día a día no se convierta en estresante y haga que cada vez aumente nuestro malestar psicológico llegando a tener problemas como ansiedad o depresión.

Si sientes que necesitas ayuda para aprender a gestionar tu tiempo, no dudes en consultarnos. psicologia@alteasalut.com/679015561.

¿Eres de los que tiene la sensación de que no llega a todo? ¿Realmente hay sobrecarga de tareas? o ¿no te estás organizando bien?

Muchos somos los que tenemos la sensación de que el día no nos es del todo productivo. Tenemos la sensación de que no sabemos por dónde empezar, a veces sentimos que estamos perdiendo el tiempo y a veces que nos están comiendo las numerosas responsabilidades.

Lo primero que vamos a  hacer es valorar la situación.

Debemos tener cuidado con las tan frecuentes frases motivadoras… ¡Tú puedes con todo!, ¡el que quiere puede, el que no busca excusas! Estas frases suelen ser muy motivadoras y hacen bien su función, pero no siempre se adaptan a la realidad de las personas. En ocasiones, estamos inmersos en una lista interminable de tareas que no se acaban nunca y queman nuestras energías. En estas ocasiones no tenemos que obsesionarnos en sacar fuerzas de dónde no las hay. Es el momento de delegar. Piensa que tareas puedes delegar en los demás y cuáles es imprescindiblemente necesario que realices tu. Aquí si que no sirven las escusas, cuando la demanda de actividades supera nuestros recursos físicos, materiales y psicológicos, aparece el estrés. Hay que tomar una decisión, ¿Qué tareas puedo delegar?, pero lo más importante una vez he delegado las tareas, me olvido de ellas, no voy a supervisar que se realicen bien o mal. Ya no son mi responsabilidad.

Es posible, que muchas veces “te pongas encima” tareas que no te corresponde a ti y que ni siquiera quieres hacer. Reuniones innecesarias, recados que no te corresponden… quizás convenga empezar a decir NO. Aprender a decir no, a veces, cuesta. Pero debemos tener en cuenta que es el sentimiento de culpabilidad y la necesidad de aprobación de los demás la que muchas veces nos hace acceder a realizar cosas que en realidad no queremos ni podemos. Eliminar nuestras barreras mentales y dejar que no nos dominen los pensamientos negativos, puede ser la clave para aprender a decir NO. ¡TIENES DERECHO A DECIR NO!

Quizás las tareas no superen tus recursos y la realidad sea que aunque no tienes tareas en exceso a lo largo del día, parece que el día no te “cunda”, en este caso, si podemos aprender técnicas para organizarnos mejor. Es una buena idea, utilizar siempre una agenda. Dedicamos los 15 minutos primeros del día para organizar nuestro día. Podemos pensar que estamos perdiendo el tiempo, pero todo lo contrario, estamos ganando tiempo al día. A la hora de organizar nuestras tareas debemos dividir  las tareas por su importancia. Tareas urgentes, importantes, recomendables y prescindibles. De esta manera, si a lo largo del día nos surge alguna cosa importante seremos lo suficientemente flexibles para modificar nuestro horario y prescindir de aquellas tareas que no requieren una realización inmediata.

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Lo más importante es que el día a día no se convierta en estresante y haga que cada vez aumente nuestro malestar psicológico llegando a tener problemas como ansiedad o depresión.

Si sientes que necesitas ayuda para aprender a gestionar tu tiempo, no dudes en consultarnos. psicologia@alteasalut.com/679015561.

¿Eres de los que tiene la sensación de que no llega a todo? ¿Realmente hay sobrecarga de tareas? o ¿no te estás organizando bien?

Muchos somos los que tenemos la sensación de que el día no nos es del todo productivo. Tenemos la sensación de que no sabemos por dónde empezar, a veces sentimos que estamos perdiendo el tiempo y a veces que nos están comiendo las numerosas responsabilidades.

Lo primero que vamos a  hacer es valorar la situación.

Debemos tener cuidado con las tan frecuentes frases motivadoras… ¡Tú puedes con todo!, ¡el que quiere puede, el que no busca excusas! Estas frases suelen ser muy motivadoras y hacen bien su función, pero no siempre se adaptan a la realidad de las personas. En ocasiones, estamos inmersos en una lista interminable de tareas que no se acaban nunca y queman nuestras energías. En estas ocasiones no tenemos que obsesionarnos en sacar fuerzas de dónde no las hay. Es el momento de delegar. Piensa que tareas puedes delegar en los demás y cuáles es imprescindiblemente necesario que realices tu. Aquí si que no sirven las escusas, cuando la demanda de actividades supera nuestros recursos físicos, materiales y psicológicos, aparece el estrés. Hay que tomar una decisión, ¿Qué tareas puedo delegar?, pero lo más importante una vez he delegado las tareas, me olvido de ellas, no voy a supervisar que se realicen bien o mal. Ya no son mi responsabilidad.

Es posible, que muchas veces “te pongas encima” tareas que no te corresponde a ti y que ni siquiera quieres hacer. Reuniones innecesarias, recados que no te corresponden… quizás convenga empezar a decir NO. Aprender a decir no, a veces, cuesta. Pero debemos tener en cuenta que es el sentimiento de culpabilidad y la necesidad de aprobación de los demás la que muchas veces nos hace acceder a realizar cosas que en realidad no queremos ni podemos. Eliminar nuestras barreras mentales y dejar que no nos dominen los pensamientos negativos, puede ser la clave para aprender a decir NO. ¡TIENES DERECHO A DECIR NO!

Quizás las tareas no superen tus recursos y la realidad sea que aunque no tienes tareas en exceso a lo largo del día, parece que el día no te “cunda”, en este caso, si podemos aprender técnicas para organizarnos mejor. Es una buena idea, utilizar siempre una agenda. Dedicamos los 15 minutos primeros del día para organizar nuestro día. Podemos pensar que estamos perdiendo el tiempo, pero todo lo contrario, estamos ganando tiempo al día. A la hora de organizar nuestras tareas debemos dividir  las tareas por su importancia. Tareas urgentes, importantes, recomendables y prescindibles. De esta manera, si a lo largo del día nos surge alguna cosa importante seremos lo suficientemente flexibles para modificar nuestro horario y prescindir de aquellas tareas que no requieren una realización inmediata.

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Lo más importante es que el día a día no se convierta en estresante y haga que cada vez aumente nuestro malestar psicológico llegando a tener problemas como ansiedad o depresión.

Si sientes que necesitas ayuda para aprender a gestionar tu tiempo, no dudes en consultarnos. psicologia@alteasalut.com/679015561.

¿Eres de los que tiene la sensación de que no llega a todo? ¿Realmente hay sobrecarga de tareas? o ¿no te estás organizando bien?

Muchos somos los que tenemos la sensación de que el día no nos es del todo productivo. Tenemos la sensación de que no sabemos por dónde empezar, a veces sentimos que estamos perdiendo el tiempo y a veces que nos están comiendo las numerosas responsabilidades.

Lo primero que vamos a  hacer es valorar la situación.

Debemos tener cuidado con las tan frecuentes frases motivadoras… ¡Tú puedes con todo!, ¡el que quiere puede, el que no busca excusas! Estas frases suelen ser muy motivadoras y hacen bien su función, pero no siempre se adaptan a la realidad de las personas. En ocasiones, estamos inmersos en una lista interminable de tareas que no se acaban nunca y queman nuestras energías. En estas ocasiones no tenemos que obsesionarnos en sacar fuerzas de dónde no las hay. Es el momento de delegar. Piensa que tareas puedes delegar en los demás y cuáles es imprescindiblemente necesario que realices tu. Aquí si que no sirven las escusas, cuando la demanda de actividades supera nuestros recursos físicos, materiales y psicológicos, aparece el estrés. Hay que tomar una decisión, ¿Qué tareas puedo delegar?, pero lo más importante una vez he delegado las tareas, me olvido de ellas, no voy a supervisar que se realicen bien o mal. Ya no son mi responsabilidad.

Es posible, que muchas veces “te pongas encima” tareas que no te corresponde a ti y que ni siquiera quieres hacer. Reuniones innecesarias, recados que no te corresponden… quizás convenga empezar a decir NO. Aprender a decir no, a veces, cuesta. Pero debemos tener en cuenta que es el sentimiento de culpabilidad y la necesidad de aprobación de los demás la que muchas veces nos hace acceder a realizar cosas que en realidad no queremos ni podemos. Eliminar nuestras barreras mentales y dejar que no nos dominen los pensamientos negativos, puede ser la clave para aprender a decir NO. ¡TIENES DERECHO A DECIR NO!

Quizás las tareas no superen tus recursos y la realidad sea que aunque no tienes tareas en exceso a lo largo del día, parece que el día no te “cunda”, en este caso, si podemos aprender técnicas para organizarnos mejor. Es una buena idea, utilizar siempre una agenda. Dedicamos los 15 minutos primeros del día para organizar nuestro día. Podemos pensar que estamos perdiendo el tiempo, pero todo lo contrario, estamos ganando tiempo al día. A la hora de organizar nuestras tareas debemos dividir  las tareas por su importancia. Tareas urgentes, importantes, recomendables y prescindibles. De esta manera, si a lo largo del día nos surge alguna cosa importante seremos lo suficientemente flexibles para modificar nuestro horario y prescindir de aquellas tareas que no requieren una realización inmediata.

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Lo más importante es que el día a día no se convierta en estresante y haga que cada vez aumente nuestro malestar psicológico llegando a tener problemas como ansiedad o depresión.

Si sientes que necesitas ayuda para aprender a gestionar tu tiempo, no dudes en consultarnos. psicologia@alteasalut.com/679015561.

¿Eres de los que tiene la sensación de que no llega a todo? ¿Realmente hay sobrecarga de tareas? o ¿no te estás organizando bien?

Muchos somos los que tenemos la sensación de que el día no nos es del todo productivo. Tenemos la sensación de que no sabemos por dónde empezar, a veces sentimos que estamos perdiendo el tiempo y a veces que nos están comiendo las numerosas responsabilidades.

Lo primero que vamos a  hacer es valorar la situación.

Debemos tener cuidado con las tan frecuentes frases motivadoras… ¡Tú puedes con todo!, ¡el que quiere puede, el que no busca excusas! Estas frases suelen ser muy motivadoras y hacen bien su función, pero no siempre se adaptan a la realidad de las personas. En ocasiones, estamos inmersos en una lista interminable de tareas que no se acaban nunca y queman nuestras energías. En estas ocasiones no tenemos que obsesionarnos en sacar fuerzas de dónde no las hay. Es el momento de delegar. Piensa que tareas puedes delegar en los demás y cuáles es imprescindiblemente necesario que realices tu. Aquí si que no sirven las escusas, cuando la demanda de actividades supera nuestros recursos físicos, materiales y psicológicos, aparece el estrés. Hay que tomar una decisión, ¿Qué tareas puedo delegar?, pero lo más importante una vez he delegado las tareas, me olvido de ellas, no voy a supervisar que se realicen bien o mal. Ya no son mi responsabilidad.

Es posible, que muchas veces “te pongas encima” tareas que no te corresponde a ti y que ni siquiera quieres hacer. Reuniones innecesarias, recados que no te corresponden… quizás convenga empezar a decir NO. Aprender a decir no, a veces, cuesta. Pero debemos tener en cuenta que es el sentimiento de culpabilidad y la necesidad de aprobación de los demás la que muchas veces nos hace acceder a realizar cosas que en realidad no queremos ni podemos. Eliminar nuestras barreras mentales y dejar que no nos dominen los pensamientos negativos, puede ser la clave para aprender a decir NO. ¡TIENES DERECHO A DECIR NO!

Quizás las tareas no superen tus recursos y la realidad sea que aunque no tienes tareas en exceso a lo largo del día, parece que el día no te “cunda”, en este caso, si podemos aprender técnicas para organizarnos mejor. Es una buena idea, utilizar siempre una agenda. Dedicamos los 15 minutos primeros del día para organizar nuestro día. Podemos pensar que estamos perdiendo el tiempo, pero todo lo contrario, estamos ganando tiempo al día. A la hora de organizar nuestras tareas debemos dividir  las tareas por su importancia. Tareas urgentes, importantes, recomendables y prescindibles. De esta manera, si a lo largo del día nos surge alguna cosa importante seremos lo suficientemente flexibles para modificar nuestro horario y prescindir de aquellas tareas que no requieren una realización inmediata.

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Lo más importante es que el día a día no se convierta en estresante y haga que cada vez aumente nuestro malestar psicológico llegando a tener problemas como ansiedad o depresión.

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Programa KIT DIGITAL cofinanciado por los fondos NEXT GENERATION (EU) del mecanismo de recuperación y resilencia