¿Qué es?
La propiocepción es la capacidad que tiene nuestro cerebro de saber la posición exacta de todas las partes de nuestro cuerpo en cada momento, aún sin verlas. Dicho de otra manera, a nuestro cerebro le llegan diferentes órdenes desde las articulaciones y los músculos de la posición en la que se encuentran y de esta manera, el sistema propioceptivo procesa esa información e interpreta si es necesario reaccionar de manera inmediata activando otros grupos musculares para evitar lesiones, una caída..
El sistema propioceptivo lo componen diversos receptores nerviosos que se encuentran en tus músculos, articulaciones y ligamentos. La información que les llega se dirige al Sistema Nervioso Central y tu cerebro obtiene los detalles acerca del grado de contracción, la postura, la longitud del músculo o la velocidad a la que se desarrolla la acción y sus respuestas motrices.
Ejemplo:
Imagina que estás esquiando y en una de las rotaciones la rodilla derecha “gira“ un poco más de lo normal. En cada giro, los ligamentos y receptores de la articulación de la rodilla están enviado información del estiramiento de los ligamentos, posición de los mismos… al cerebro. El Sistema Nervioso Central reacciona a esta información ordenando la contracción y relajando el músculo del cuádriceps para permitir este movimiento. En ese momento, el ligamento cruzado anterior envía la orden que se está estirando más de la cuenta y hay peligro de romperse. Es entonces cuando el sistema propioceptivo entra en funcionamiento. El cerebro envía la orden inmediata de reaccionar. Ya sea contrayendo más fuerte el cuádriceps o haciendo que nos tiremos al suelo; evitando así la ruptura del ligamento cruzado.
¿Cómo se trabaja?
Se suele trabajar a través de los ejercicios de propiocepción, mediante los cuales se realiza un entrenamiento neuromuscular que nos ayuda a mejorar la fuerza, la postura, el equilibrio, la estabilidad y la coordinación. Gracias a estos ejercicios se potencia la toma de consciencia y de sensibilización de las estructuras musculares, articulares, tendinosas y óseas y nos ayuda en el proceso de rehabilitación de una lesión y para prevenir recaídas. Normalmente, se comienzan con ejercicios de baja dificultad sobre superficies inestables para ir adquiriendo mayor destreza e ir aumentando su complicación.
Beneficios de la propiocepción
- Prevención de lesionesCuando sufres una lesión, la señal sensorial que recibe tu cerebro se ve alterada y la respuesta motora ya no es la misma que antes. Si respondes de una forma inadecuada, probablemente sufrirás una recaída o no mejores. Con los ejercicios propioceptivos podrás reeducar estas señales y conseguirás favorecer a respuesta automática o refleja adaptada a tu dolencia.
- Mejora del rendimiento: Entrenando la propiocepción mejorarás los reflejos y la agilidad. Potenciarás tu coordinación y equilibrio y serás capaz de reaccionar más rápido ante una posible caída.
- Fortalecimiento de músculos y articulaciones: Cuanto más entrenes tu propiocepción serás capaz de corregir la posición de tu postura para no perder el equilibrio ante situaciones inesperadas, tus articulaciones serán más fuertes y así mejorarás tu velocidad de reacción. Si tienes consciencia de tu cuerpo, te será mucho más fácil sortear imprevistos.
Después de esto… ¿A qué esperas para trabajar tu propiocepción?
